El cuento es que la chica
después de preciosa era un puñal
hundiéndose como un dolor de muelas,
en este invierno lerdo, de tardes cabizbajas
que llaman por su apodo a las tristezas...
Y es que el amor es un bicho
de manos dulces y patas cortas.
Y a algunas mujeres el Diablo las carga
y Dios las descorcha.
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