viernes, 14 de octubre de 2011

17th day.

Acá estoy una vez más, escribiendo de mi vida y del dolor. Acá estoy de nuevo, gritando de este lado, pidiendo ayuda pero nadie escucha. Ayer, mientras leía a Zabo por segunda vez en mi vida, ya que la primera vez era muy pendeja y lo que leía no me transmitía mayor cosa, ayer, entendí que no necesito unas palabras de aliento, no necesito un "cualquier cosa contás conmigo" ni un "vos estás bien?", al que pueda contestar "sí sí, yo estoy joya" sin más vueltas ni repreguntas. Cuando uno llega a este punto, cuando uno pierde la fe que le tenía a la vida, lo que necesita son hechos, acciones. No culpo a mis amigos sin conocimiento de lo que es estar muriendo por dentro de que no me puedan ayudar, no es su culpa no ver que no es sólo un corazón herido o una familia disfuncional o un mal día lo que me pasa a diario. La noche de ayer me la pasé llorando pensando en aquella tarde de diciembre del 2009, recién comenzadas las vacaciones, donde por un impulso decidí que mi vida era un caos y que no estaba dispuesta a seguir adelante así. Esta es la primera vez que esto sale de mi tal cual fue en realidad ya que contadas personas lo saben y por vergüenza de lo que piensen de mí nunca conté la puta verdad. Gracias a Zabo una vez más, aprendí que los secretos sólo duelen y te matan por dentro y que "el peor crimen es fingir". Así que acá va la historia. Esa tarde, estaba totalmente destrozada debido a que el flaco con el que estaba muerta me hacía la vida imposible. Primero pasó porque sólo quería ser mi amigo, y sentir culpa por hacerme sentir mal, por lo que yo sentía culpa por hacerlo sentir mal por hacerme sentir mal, entienden? Después paso a enterarme que en realidad consideró la idea de estar conmigo pero fui muy lenta y terminó con otra. Lo que peor me hacía era no saber siquiera qué me pasaba a mí con él. Sabía que no estaba enamorada porque el amor para mí no se sentía así, pero estaba sufriendo más que la primera vez que estuve enamorada. La cuestión es que la vida me estaba dando de golpes como si yo no tuviera sentimientos. Así como quien no quiere la cosa, me dirigí al baño y de la caja de medicamentos saqué un blister de Ibuprofeno y un tubo con pastillas amarillas que databan ser vitaminas. Como la pendeja ignorante que era supuse que relajantes y vitaminas crearían algún tipo de shock en mi cuerpo y quién sabe qué me pasaría. Me metí las pastillas en el bolsillo, salí del baño y fui a buscar una botella de agua a la cocina. Me metí en mi cuarto y alternando pastillas me terminé el blister. Las vitaminas que sobraron las dejé donde estaban y volví a mi cuarto. Me acosté con la idea de que dormirme rápido iba a ayudar al efecto y eso era todo mi plan. Me desperté veinticuatro horas después, totalmente idiota y con un dolor de cabeza que hasta el día de hoy no volví a superar. Nadie se había preocupado porque siendo vacaciones lo que más hacía era dormir y acostándome a las seis de la mañana religiosamente no tenía mucho de raro dormir, además de que mi hermano era igual. Cuando me di cuenta de la idiotez que había tratado de hacer, me quedé quieta abrazada a mis rodillas con la cabeza apoyada en ellas, sentada en mi cama y rompí a llorar. Lloré, lloré por una o dos horas, la verdad no lo sé, no me acuerdo ni quiero hacerlo tampoco. Después de eso las cosas se calmaron un poco y con los días me tranquilicé. Le conté a tres o cuatro personas lo que pasó de forma muy básica y así lo saqué de adentro para que no me queme tanto la cabeza. Poco más de un mes después, en una fiesta donde estaba él, y en la que la pasé bastante mal al principio, terminé conociendo a un grupo de flacos entre los cuales se encontró el que después fue mi novio por algunos meses. Esa es una historia distinta que si buscan en páginas anteriores de este lugar incoherente van a encontrar. A lo que quise llegar con esto es que hoy, me decidí a no ocultar más nada, a hacerme cargo de mis errores y a tratar de aprender de ellos (aunque sé que no suele funcionar). Hoy no me disputo más las horas entre llorar y decidir si mandar un mensaje o no, si salir a caminar o no. Hoy digo lo que pienso y hago lo que siento. Sigo gritando, porque sé que sigo necesitando ayuda, sé que sola no puedo y lo que más necesito está lejos y distante. Hablando de eso, ya que esta nota es lo suficientemente larga para que pocos o nadie la lean voy a aprovechar para aclarar lo que me está pasando, porque ya lo dije, no quiero ocultar más nada. Recién llamó mi abuela, y me pidió un favor. Después de solucionado el problemita técnico que tenía con su teléfono me pregunto cómo estaba y si se me había pasado lo triste. Mi abuela es una de las personas más perceptivas y fuertes que conozco. Pasó por tantas cosas y sigue pasándolas que vive de médico en médico con enfermedades, estrés, dolores y anemias. Aún así, con sus no muy lejanos ochenta años está más lúcida que cualquier mujer de su edad y en un estado físico envidiable. Le contesté que estaba mejor, que estaba asimilando las cosas pero que seguía doliendo, que seguía siendo difícil. Me preguntó si creía que se fuera a arreglar y dubitativa le contesté que yo pensaba que sí, que todo era cuestión de tiempo. Ella terminó mi frase diciendo: "Sí, todo es cuestión de tiempo, y paciencia. Vos tené fe, que si las cosas tienen que pasar, van a pasar". La saludé y le prometí salir a tomar un café uno de estos días con mamá y comprar nuestros respectivos regamos por el día de la madre a cada una. A mí no me toca nada porque por fortuna no soy madre aún (recién estoy por llegar a los dieciséis, es un poco pronto). Cuando me preguntó si se me había ido lo triste se refería a mi... al que era mi novio hace no mucho tiempo. Mi no se qué le digo ahora, porque no somos nada pero seguimos siendo todo. El punto, es que mi nosequé hace diecisiete días como data el título de esta nota, y hacia abajo la primera de cada día, me pidió un tiempo. Su explicación fue vaga y poco comprensible. Me explicó que había cosas que él no podía darme y había cosas que yo no podía darle a él. También habló de sus problemas personales, de sus quilombos internos, que habló con mi suegra (porque a ella le voy a seguir diciendo suegra aunque no tenga sentido para ustedes) y con el psicólogo, y otras cosas que no voy a decir acá porque yo guardo sus secretos con candado. Terminé por decirle que si quería dejarme que lo haga, y entre llantos terminó por decidir que lo mejor era tomarnos un tiempo. Caminamos hasta mi casa, de la que estábamos solo a unas cuadras y ahí me dejó, después de cantarme al oído una canción, lo peor que pudo haber hecho, una canción de Nerdkids que dice así... No llores más, él volverá, te abrazará y jamás se irá y yo lo sé, escúchame. Quién podría no quererte? Después de eso nos dimos un último beso como los de siempre cuando él se iba de casa, con la puerta entornada por donde solo pasa mi cara y después se fue. Pero esa no fue la última vez que lo vi. Pasó una semana y junto con mi desesperación también crecía la suya. Me mandó un mensaje al mediodía pidiéndome que salga a la vereda si estaba en casa. De ese día no voy a decir más que, hacía muchísimo frío a pesar del sol. Lloramos tanto que mis ojos eran dos huevos rojos cuando entré a mi casa. Antes de irse volvió a cantarme la misma canción y me dio un beso con tanto sabor a adiós que apenas entré volví a llorar. Pero acá estoy, haciéndome cada día un poco más fuerte para no desistir, buscando una forma para no dejar que ahoguen mis deseos de ser feliz. Mentiría si dijera que no lloro por las noches, que no me torturo con las mismas canciones una y otra vez esperando que por un milagro, él toque a mi puerta y me diga "quiero pasar mi vida con vos", pero hay cosas que solo pasan en los cuentos y esa es una. Por el momento sólo sé que voy a seguir como vengo, tratando de mejorar día a día, tratando de estar preparada para lo peor pero sin perder la fe de que todo puede volver a estar bien. Sigo gritando, porque sé que sigo necesitando ayuda, sé que sola no puedo y lo que más necesito está lejos y distante. Hablando de eso, ya que esta nota es lo suficientemente larga para que pocos o nadie la lean voy a aprovechar para aclarar, que le estoy escribiendo una canción. Pienso tomarme mi tiempo para estar medianamente conforme con ella, y cuando esté lista la voy a subir acá, para que tal vez, alguien la lea.

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