El jueves no fui al colegio porque me sentía totalmente horrible, para el orto, mal. Al día siguiente sí fui y la verdad que no hice nada, no por vaga (bueno, en parte) sino porque casualmente mi profesora de matemática llegó al final de su hora, la de geografía nos hizo corregir un trabajo, la de literatura leyó un cuento, en música hicimos un cartel que decía qué era la música en nuestra vida, hay una hora que simplemente no recuerdo y la de inglés faltó así que salí temprano.
Mi fin de semana empezó con un viernes de cine nocturno y una previa visita de mi novio (que lo amo) en casa. Milanesas. Sucker Punch. Then sleep. El sábado en un intento de no frustrarme por la lluvia del viernes a la noche, le dije a mi novio (que lo amo) de ir a Plaza Francia. Fue una tarde hermosa. Sacamos muchísimas fotos y ahora planeo hacerme un Flikr cuando termine esta entrada. Hoy domingo, mientras espero que mi madre vuelva de hacer las compras y traiga con ella mi pan de panchos para, claramente, hacer panchos, escribo una vez más en mi blog, agradecida de que no tenga emociones y no me odie por no escribir nada en días, feliz de tener una vida, cada día un poquito (poquitito) mejor, contenta e incrédula del hecho de que no tengo tarea de nada.
Que cosa loca esto de vivir. Quiero que terminen el Village Recoleta.
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