Reivindico mi derecho a cagarme en la Iglesia,
y en
Reivindico mi repulsión por el almidón y las etiquetas, y quiero ser confuso, equivoco, a-normal.
Reivindico la poligamia,
y el enamoramiento más brutal y pasional y
Reivindico la calentura en un subte, el mirar el bulto del pibe que está esperando el colectivo, el levante en la calle.
Reivindico a toda torta, toda trava, toda marica, que me quiera acompañar a la calle
para gritar bien fuerte que se metan en el culo el
Yo nací para ser un desajustado y un excesivo.
Gustavo Pecoraro
¿Qué pasa? Entonces tal vez tener una vida difícil o vivir circunstancias desgarradoras te prohíbe ser como querés o decir lo que pensás, por lo que piensen de vos. No voy a permitirlo, no voy a dejar de ser quien soy por los demás, porque no tiene por qué perjudicarme. Los hechos que pasé son hechos y sobre hechos no hay remates. Sobre lo que estoy en contra no hay un 'bueno entonces' de ningún tipo. Las cosas son así y así deberían estar claras. ¿Qué pasó con la libre expresión? ¿Volvimos a la represión? ¿Pensar hace mal? ¡Que la mente abierta predomine pero que los límites estén claros! No hay lugar para medias tintas, así que nadie venga a generar problemas ni malentendidos donde no los hay ni debería haberlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario