La gente siempre cree en lo que le conviene creer.

Qué triste me resulta la rutina.

Hoy es un día de esos donde sentís cosas que no tienen sentido, donde tu cabeza se llena de irracionalidades, de pensamientos raros, inconclusos. En mi pecho hubo un accidente y hay pedazos de corazón sano por todos lados. Estoy pasando por una situación donde no sé qué decir y qué hacer, solamente siento y siento sin parar, y mi cabeza maquina sin conexión. Mi día recién tuvo cuatro horas, y lo más correcto que escuché decir fue esto. Hoy es un día triste.

Aquella ingenuidad sonroja su vergüenza. 

Presumí ser domador, mas preferí ser el león ante esa hermosa violencia. 

Me sacaste a bailar, y quedé emborrachada. 

Ya no puedo renunciar al orgasmo sin final, que tu piel me ha regalado. 

Muero en tu cuerpo, revivo en él; siento fervientes mis ganas de ser.

Te invito a transpirar la magia que inventamos, siento en mis manos la felicidad. 

No quiero ni pensar en que mi alma carezca de ese hermoso cuerpo azul.

Es como un jueves sin Gulp, como un sábado sin Reina.

Pelada tu dulzura, hermosa asignatura.

Hoy la luna se enroscó, me miró mal, me celó por nuestra aventura diurna.

Muero en tu cuerpo; revivo en él. Siento fervientes mis ganas de ser.

Te invito a transpirar la magia que inventamos, siento en mis manos la felicidad.

Brillé por mi ausencia, pensé, recapacité y me di cuenta de muchas cosas. Volví de unos hermosos días en la costa y ahora me doy cuenta de un montón de pequeñeces, pero por sobre todas las cosas de algo, quiero ser feliz y puedo hacerlo. En este momento sé que hay cosas que todavía duelen y van a doler por un tiempo más, que va a seguir habiendo cosas que me confunden y personas que me complican la paz. En este momento, me duelen los ovarios, me pican los mosquitos, escucho Los Cafres y siento calma. También tengo el corazón un poco perturbado, pero eso siempre pasa cuando hay un cambio en tu vida. Creo que es eso, un cambio, que no es grande pero es mucho, y me gusta lo que se viene.