Es eso, me intriga. Todavía no te quiero, todavía no me duele el pecho sino el ego. Tal vez sí soy mucha mujer pero me siento tan poco cuando me enredo en tus ideas. Es como un mundo hablar con vos, y eso me intriga, vos y tu mundo. Los tipos duros, los tipos que siempre andan bien, son siempre los más solitarios y quiero saber por qué andas tan solo si tenés tanta gente. Me gusta creer que tu manera impredecible no es prefabricada y que nunca te vas a cansar de dejar a la gente con la ceja levantada, prefiero pensar que a veces vas a odiarme y a veces, tal vez, o alguna vez, me quieras para vos solo. También me gustaría que jamás sepas algunas cosas, porque es tan difícil explicar a lo que me refiero. Todavía, por ejemplo. Cómo explico un todavía?  Cómo digo que sos el único con el que puedo ir y volver sin sentir, sin flashear? Me confundí y pensé que me estaba perdiendo en vos, y es porque fue así pero no de la forma en que yo creía. Me intrigas. Eso es todo, intriga. Le tomé cariño a tu intermitencia, a tu locura, a tus gritos y amenazas innecesarias, por eso quiero conocerte de verdad, saber qué pasa por tu cabeza y cuál es tu historia. Quiero lo que vos quieras aunque sea poquito, si es mucho capaz me escape un poco, pero sé que no va a ser mucho. Y cuando digo poquito me refiero aunque sea a que confíes en mi. Sos extraño y por eso me llamás la atención, por algún motivo que desconozco quiero que ocupes aunque sea un lugarcito en mi vida. Es eso, eso pienso de vos.