domingo, 16 de enero de 2011

No sé cuántos años de mi vida pasé (paso) siendo la misma pesimista hija de puta que está totalmente sujeta a su teoría de que la vida es una real mierda no importa la cantidad de cosas buenas que te puedan pasar, siempre, SIEMPRE, los problemas van a ser peores, lo suficientemente terribles como para arruinar tus momentos de satisfacción y/o felicidad.

Mucho tiempo me paso aconsejando y dando speechs a la gente para darle a entender que no sirve ver la vida en blanco y negro y que sólo uno mismo puede ponerle color, que hay que ser positivo y dejar de pensar siempre en lo malo que pasa o puede llegar a pasar incluso cuando se está bien.

La verdad es que me cansé de los días grises, me cansé de derramar lágrimas inocentes, de filtrar suspiros tristes o soltar miradas secas de emoción. Sé que es difícil, que no va a haber un cambio brutal en mí de un día para el otro, pero pienso intentarlo. No quiero más tener miedo, perderme etapas ni ser tan inestable. Y es probable que sola me fuese a costar mucho más, pero tengo un respaldo, siempre lo tuve, pero esta vez, en este momento de mi vida es mucho más fuerte. La pared que está siempre atrás mío sosteniéndome cuando estoy por caer, sigue firme, pero ahora también, voy de la mano de toda la fuerza que necesito para pelear conmigo misma.

A fin de cuentas, lo más grave que me puede pasar es volver a chocar con la misma piedra.
Pero un poco de optimismo no mata a nadie, y yo no pierdo nada con intentar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Forget it.

Protected by Copyscape DMCA Takedown Notice Infringement Search Tool