martes, 14 de febrero de 2012

No tengo ganas de no tener ganas de nada. Me siento un poquito vacía otra vez. Sí, ya sé que suena ilógico pero es así. Las cosas no funcionan muy bien en mi cabeza de todas formas, ¿Por qué pretender coherencia? Creo que sería hipócrita si empezara a entrelazar complejas metáforas románticas porque el día de hoy no me moviliza en lo absoluto. No siento la necesidad de estar con alguien en este momento de mi vida así que un simple día comercial no va a cambiarlo. Por otra parte sí me trae recuerdos, sí me hace pensar. La verdad me siento un poco sola, por más de que así lo quise. Tenía expectativas para estos días y no se concretaron, así como tampoco la reaparición de una cierta persona. No sé qué hacer ni qué pensar, no sé cómo actuar. Estoy confundida y hasta un poco asustada por... no sé por qué, tal vez es por todo. Estoy confundida emocionalmente porque al no querer sentir nada por nadie reprimo demasiados sentimientos. Creo que por eso no acepto nada ni nadie, no quiero entrometerme demasiado y arruinar el supuesto estado al que llegué y que supuestamente me gusta. Es decir sí, estoy cómoda con mi mentalidad y mi libertad, el problema es que tal libertad no existe y esto corre por otro lado que no tiene solución. LA VERDAD QUE NO SÉ QUÉ ME PASA, me pasa algo y eso me enerva. Es uno de esos días bajón donde querés helado y un abrazo y pegarle a alguien en la cara.

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